Una buena opción para sacarle la vuelta a la harina. Es un pan súper nutritivo, ya que contiene QUINOA (un cereal con índice glucémico muy bajo y lleno de proteína, que aporta gran cantidad de aminoácidos esenciales). La combinación de la quinoa y chía dan una gran sensación de saciedad.
Ingredientes
- 300 gramos o 1 taza y 3/4 de quínoa CRUDA
- 60 gramos o 1/4 taza de semillas de chía
- 1 taza (250 ml) de agua
- 1/4 taza de aceite de oliva
- 1/2 cucharada de té de sal
- 1/2 cucharada de té de bicarbonato de sodio
- un chorrito de limón
Modo de preparación
- Dejar la quínoa una noche entera remojándose en agua.
- Aparte, dejar las semillas de chía remojándose en media taza de agua (acá sí importa medir el agua, ya que se usa después para cocinar)
- Precalentar el horno a 160 grados
- Colar la quínoa y lavarla con un chorro de agua, dejarla reposar un rato en el colador para que largue toda el agua
- Poner la quínoa en una procesadora. Agregar el gel de chía (o sea con el agua que tenía), la otra media taza de agua, el aceite, el bicarbonato de sodio, la sal y el jugo de limón. Procesar por 3 minutos. (tiene que quedar una consistencia mantecosa pero aún verse algunos granos de quínoa)
- Verter en un molde (tipo budín rectangular), forrado en papel manteca y rociado con fritolim
- Cocinar por una hora y media aproximadamente (hasta que, al tocarlo con el dedo, este se hunda y al dejar de apretar vuelva a la forma original)
- El pan tiene que quedar húmedo en el medio y crocante por fuera. Dejar enfriar antes de consumir
Rinde aproximadamente 12 porciones (108 kcal, 7.4 gramos de hidratos y 7 de grasas insaturadas).
Acompañar con queso untable 0% (ya que el pan en si contiene grasa) y mermelada sin azúcar.